“Ciencia” y “literatura” son dos
nombres para la misma tarea de invención y de descubrimiento. En la clase de
“Lengua” de 4° grado la implementación del Proyecto Integrador en torno a los
“insectos” fue ocasión para la escritura de un relato que reunió la lectura de
“La abeja haragana” de Horacio Quiroga (realizada en el espacio del Proyecto
“Salven a los clásicos”) y los aprendizajes realizados en torno al lenguaje de
las abejas (descubierto por Karl Von Frisch).
La ciencia proveyó de nuevo
vocabulario y conocimiento que el relato literario recogió para inventar una
nueva historia a partir de la leída. A continuación, presentamos una de las
producciones:
Por las mañanas, la abeja, que ya no era más haragana; salía a
recolectar polen, pero un día estaba tan cansada que decidió no ir muy lejos y
fue hasta menos de cien metros y encontró un vendedor de flores y dijo “no
puedo volver si nada de polen, me echarían otra vez”. Fue allí cuando el
vendedor se distrajo y entonces recolectó algo de polen y volvió a la colmena e
hizo su danza. Las demás abejas salieron a recolectar pero el vendedor ya había
vendido todo y no estaba más. Las abejas estaban tan enojadas que no le creían
y le dijeron: “Nos mentiste y confiamos en ti”.
La abeja, triste, al otro día madrugó y salió muy temprano; recorrió un
kilómetro y encontró un campo lleno de flores, se llenó con el polen el cuerpo
y volvió a la colmena e hizo su danza en ochos. Se agitaba mucho e iba muy
rápido, pero nadie le creyó. Fue allí cuando regurgió el polen y les dijo:
“Miren todo este polen, no es mentira, piensen en toda la miel que haremos”.
Las abejas lo pensaron y salieron a buscar las flores.
Encontraron las flores y volvieron a la colmena muy contentas. Todas la felicitaron.